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Por qué la suerte no tiene nada que ver con el éxito

la suerte en negocios

He leído, escuchado y he visto conferencias en las cuales hablan de por qué la suerte toma un papel importante en el éxito de una empresa, de una carrera o de cualquier proyecto. He crecido en una familia promedio, viviendo una vida promedio, viendo desde fuera el circulo del 1%; siempre alcanzando nuevos objetivos a pesar de que teníamos que ahorrar hasta los centavos para comer 3 veces al día.

Este tipo de entorno te hace crecer pensando que un día te va a caer del cielo el éxito y que la suerte será el factor determinante para que tu vida cambie, y que empiezarás a vivir como sueñas vivir.

Hasta artículos de revistas serias como este tienden a promover la teoría de la suerte. Hasta la revista Forbes tiene ideas erróneas sobre el éxito. Ahora, como en cualquier plática que doy, te comento lo siguiente: haz las preguntas correctas si quieres las respuestas correctas.

6 Razones por las cuales la suerte no tiene nada que ver con el éxito

Para empezar, tienes que entender la diferencia entre «Tener Suerte» y «Crear tu propia Suerte«. En lugar de apostar tu futuro con la esperanza de que la fortuna brille sobre ti y te dé una oportunidad en tu regazo, siempre he dicho que es mejor tomar responsabilidad y de esta manera: crear tu propia suerte, pero eso no sería suerte en absoluto. Supuestamente, la intención detrás de esta afirmación es buena porque lo que realmente significa es posicionarte para aumentar tus posibilidades de éxito. Trabajar duro todos los días para asegurar el futuro de tu empresa es de suma importancia. Muchas pequeñas empresas fracasan simplemente porque no estaban dispuestas a realizar el trabajo a veces agotador que se requiere para lograr una empresa próspera. ¿Qué implica ese trabajo?

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1- Una persona exitosa entiende que no hay sustituto al trabajar duro

Realmente no hay atajos, las personas exitosas se hacen un nombre porque trabajan duro, aprenden de sus errores y nunca se rinden. Las personas exitosas no se rinden cuando las cosas se ponen difíciles, permanecen enfocadas en sus objetivos todos los días. Realmente no hay sustituto para el tiempo, el entusiasmo, la estrategia y la ejecución. Esta es una lección valiosa para cualquiera que sea CEO o un directivo, sigue adelante y seguro que tendrás tu propia suerte.

Un gran amigo mío, Erez Cohen, me visitó a mi casa hace una semana. Hablamos durante dos horas acerca de nuestra experiencia en los mercados que hemos atacado en los últimos años. Me comentaba de su deseo de crecer y lograr los éxitos de amigos cercanos y de líderes con quien ha trabajado. Una de sus anécdotas era su experiencia trabajando con la Familia Trump. Me comentaba que con todo el dinero que tienen, se esperaba trabajar con empleados puestos para delegar obligaciones y tareas. Lo que más le sorprendió fue que a pesar de todos sus logros, a pesar de las vacaciones, los días feriados, y todo el tiempo que hubieran podido aprovechar para salir y viajar: Donald, Ivanka, Erick y Donald Jr siempre eran los primeros a llegar a la torre Trump (Trump Tower), y siempre eran los últimos en salir. Fue en estos años que entendió que no importa cuanto dinero tengas, tus esfuerzos y tu disciplina son los que te llevan y te mantienen arriba de la competencia.

2- Una persona exitosa toma riesgos

Muchos emprendedores exitosos no tuvieron éxito en su primer intento. A menudo se necesitan varios intentos para crear un negocio rentable y sostenible. La mayoría de las empresas prósperas se volvieron así porque alguien tuvo la oportunidad de iniciarlas y hacerlas crecer mediante el fomento de una idea nueva o única. Se necesitan agallas, no suerte para salir y empezar algo; y correr riesgos no termina una vez que la empresa logra el éxito. Debes continuar durante toda la vida de la empresa para llevarla al siguiente nivel, y luego al siguiente nivel.

Recuerda, «Si dejas de crecer, mueres.» es mi slogan. Literalmente en la vida no te puedes quedar en una posición de confort. Se trata de siempre avanzar y crecer, por que así lo hace tu competencia. Y si no sigues avanzando y luchando, entonces te estás quedando atrás.

3- Los proyectos exitosos se centran en el cliente

Soy un experto en experiencia del cliente, por lo que un enfoque láser en el cliente es obviamente algo cercano y querido para mi corazón. Piense en lo vital que es cuidar a su usuario final. Los clientes son el alma de cada negocio y deben ser considerados en cada decisión. Es importante mirar más allá de lo que está frente a ti o en tu lista de tareas pendientes. Tus clientes deben estar en el centro de tu crecimiento.

Recuerda siempre esta frase de Tony Robbins: «El error más común de cualquier emprendedor que haya fracasado es por qué se enamoraron de su producto o servicio en lugar de enamorarse de su cliente». No es suerte que un cliente se convierte en tu fan #1 y te sigue comprando año tras año. Es por que trabajaste en crear una cultura de empresa agregando valor a su clientela.

4- La gente exitosa no pospone

Hace unos años escribí acerca de la procrastinación. Mucha gente me criticaba por qué me decían que en el día no hay suficiente horas para poder hacer todo lo que requiere un proyecto. Hasta que entendieron que existen maneras de organizar tus proyectos por niveles de importancia en lugar de hacer listas de quehaceres.

Los empresarios exitosos no posponen para mañana lo que se puede hacer hoy, hacen el trabajo, incluso si la tarea no es su favorita o en un área en la que tienen un poco de dificultad, para poder pasar al siguiente proyecto. Además, las personas exitosas no esperan a que las personas les encuentren soluciones, ellos mismos los buscan y actúan. En la mayoría de los casos, la acción, no la suerte, equivale al éxito.

5- La gente exitosa produce más de lo que se espera

De niño, no me gustaba la escuela, no era malo pero veía las tareas y actividades fuera de la escuela como una pérdida de tiempo ya que me quitaban el tiempo para cosas que me emocionaba hacer. En Francia es común que te dejen tareas para casa, con unos ejercicios opcionales; usualmente son ejercicios que te permiten ganar puntos adicionales para salir adelante con tus exámenes y calificaciones. Nunca quería hacerlas, y mis papás me obligaban a hacerlas de todos modos. Hoy soy afortunado de haber tenido estos dos «bullies» (como los veía yo de niños) en mi espalda de niño, por qué me inculcaron el valor de trabajar más allá de lo esperado, lo que me permitió lograr los éxitos que he logrado hasta hoy.

Las personas exitosas van mas allá cuando se trata de entregar ideas y tiempo a un proyecto. Solo tienes que mirar a algunos empresarios y ejecutivos prósperos para ver que, desde el momento en que comenzaron su carrera, produjeron más de lo que se esperaba de ellos. Por lo tanto, la próxima vez que tú o alguien de tu equipo de administración crea que ha hecho lo suficiente, haz un poco más, puede dar grandes frutos a largo plazo.

6- La gente exitosa no tiene miedo de escuchar «no»

Como bien lo he dicho miles de veces antes, el «no» es un puente hacía el «Sí». Innumerables altos ejecutivos de empresas escucharon la palabra «no» muchas veces en su camino hacia arriba. Adam Bryant, en su libro “The Corner Office: Lecciones indispensables e inesperadas de los directores ejecutivos sobre cómo liderar y triunfar”, cita a varios directores ejecutivos que enfrentaron adversidades pero aprendieron de sus dificultades y utilizaron esos aprendizajes para desarrollar una sólida ética de trabajo.

El «no» es una bendición, permite pulir tu oferta, tus ideas, tu visión y todo un proyecto para responder a una demanda en el mercado. Nunca tomes un «no» como una finalidad. Es difícil escucharlo, pero si lo tomes como un reto y una herramienta de aprendizaje, te permite convertirlo en un «Sí».

 

La suerte en negocios no existe, es tu responsabilidad de crearla para ti. A través de largas horas de estudios, de trabajo, de fracasos y de éxitos, creas tu propio camino. Cada nuevo reto es una lección nueva, y cada logro es una señal que estás organizado tu negocio y tu vida de la manera correcta. Un paso a la vez. Toma un ejemplo sencillo: mucha gente perdió mucho dinero con la pandemia, piensan que es mala suerte, que el virus hizo que su empresa ya no podía alcanzar su clientela, que el gobierno no los dejaron trabajar etc… Pero al mismo tiempo muchas empresas ganaron mucho dinero por qué se adaptaron al mercado, dejaron de lado la actividad principal para vender a gobiernos y pueblos lo que necesitaban en este momento. Los que fracasaron te dirán que fue suerte de haber tenido los contactos correctos para adaptarse, pero no hay suerte aquí. Se trata de siempre buscar crecer, siempre tomar riesgos, siempre trabajar más que la competencia para mantenerte arriba del nivel del agua, y hasta volar arriba de tu competencia. Es trabajo arduo, no suerte.