Cuerpo Sano, Mente Sana

Cambia tu vida ahora

Una cliente al inicio del 2018 me contrató para ayudarla con problemas en su empresa. Su principal problema era el rendimiento de su personal, y especialmente el de su equipo de ventas. Después de unos días analizando los números de cada empleado, revisar la progresión de la empresa en general desde los últimos 5 años, y revisando los programas y cursos a los cuales había mandado varias personas, era complicado entender de donde venía ese problema para cerrar nuevas cuentas.

El segundo paso de mi análisis se enfocaba en el liderazgo: cada jefe, director, gerente, y la dueña. Como en cualquier empresa existían problemas de opiniones entre ciertas personas, pero nada que realmente pudiera justificar rendimientos tan lentos. No existían bloqueos en los procesos por personas de mala fe o cualquier problema de ese tipo.

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El cliente

Un paso importante cuando alguien me contrata es que les observo de igual forma que sus empleados y cualquier otro elemento de la cadena que forma el equipo de la empresa. Siguiéndola en su vida profesional, la encontraba dura con su equipo, y el ambiente de la oficina parecía más tranquilo y productivo cuando no se encontraba en el edificio.

La jefa claramente tenía un impacto negativo en su equipo, pero no se estaba dando cuenta. Cuando nos sentamos después de unos días, le presenté mis observaciones. Se ofendió, me dejó un cheque y me dijo que me fuera de su oficina, que ya no me quería ver. Se me hizo una reacción muy explosiva, pero no dije nada. Le dejé mis notas, en las cuales venía un borrador de ideas para re-diseñar su rutina, incluyendo: tiempo para ejercicio, cambio en su dieta, y tiempo para cuidarse a ella misma. En mi rutina tomo tiempo para meditar, a ella le iba a recomendar ir a un spa 3 veces a la semana.

Un detalle que no mencioné antes: era una mujer de 1.60/1.65 metros de altura, y cerca de los 110/120kg.

Febrero 2019

En Febrero 2019 para unos temas de negocios con Vino Market, regreso a la CDMX en Reforma a ver un cliente. Sus oficinas se encuentran en el mismo edificio que esa señora que me había contratado un año antes. En la recepción, esperando mi turno para entregar mi identificación y recibir un pase para subir a los elevadores, una mujer me toca el hombro y me habla por mi nombre. Tomé unos 5 segundos para reconocer quien estaba frente a mí: La Jefa, mi antiguo cliente.

Seguía siendo esa mujer pequeña, pero ahora se veía que había bajado de peso, tenía maquillaje, una piel lisa y limpia, y hasta su traje se veía nuevo.

Me comentó que después de unas semanas de estar enojada conmigo por mis comentarios, encontró mis notas donde estaba diseñando un cambio de rutina y hábitos, esto la hizo pensar y decidió hacer unos cambios en su vida. Empezó a implementar unas de mis ideas: Ejercicio, SPA, ropa más profesional y elegante, cambiar su dieta…

«No entendí todas tus notas, pero lo que empecé a aplicar me ha cambiado un chip en la cabeza.» me comentaba. «Después de un par de semanas ya estaba empezando a aceptar mi dieta, los ejercicios, y me volví adicta al SPA. Estuve dando seguimiento con nutriólogos e ideas de dietas para bajar de peso, ahora apenas estoy a 75/78kg, unos 10kg y estoy en mi peso ideal.»

Entonces le pregunté cómo iba con el negocio, cómo iba todo desde esos cambios implementados.

«Te voy a ser honesta, al inicio cuándo los cambios se empezaron a notar me sentí un poco mal.» explicó. Le pregunté porque, y agregó «lo que pasa es que la gente me veía diferente, eran muy buenos conmigo, se portaban de manera muy distinta. Hasta mi familia se portaban mejor conmigo. Encontré a alguien, seguimos juntos, vamos a cumplir 6 meses en dos semanas. Pero al inicio pensé que era por qué me veía más bonita, entonces me dio coraje, pero no le dije a nadie. En lugar de explotar como antes, por alguna razón fui a mi oficina y he leído tus notas, bueno, lo que es legible para ojos humanos, y me di cuenta de la manera que analizas las cosas. No lo haces como todos los demás, buscas primero algo interno que puede impactar el externo. Durante unos días me puse a pensar en eso, ha sido difícil, pero me di cuenta gracias a mi familia que ya que me sentía mejor con mi cuerpo, la gente empezó a sentirse mejor con mi actitud, mi mentalidad. Realmente, la gente no era el problema, y nunca me estaban juzgando por ser gorda, era yo. No me sentía bien en mi cuerpo y sin saberlo impactó mi personalidad durante años. El hecho que la gente me trata mejor no tiene nada que ver con cómo me veo. Se trata de cómo yo me siento y como les trato ya que me siento mejor conmigo misma.»

Para ser honesto, me hizo sentir muy feliz por ella. Ese tipo de realización es difícil alcanzar, y más aún aceptar. Un cuerpo sano es importante para tener una mente sana.

Conclusión

Antes de subir le pregunté cómo iba el negocio. Me contestó «Estamos mejorando el porcentaje de cierre de prospectos, los dos últimos trimestres los cerramos con un aumento de más del 20% en comparación al año pasado en el mismo periodo, y estamos considerando abrir en Guadalajara.»

Y allí puedes ver que todo se conecta en ese mundo. No solamente mejoró su calidad de vida, sino también sus relaciones con colegas, empleados y familia; su empresa empezó a ver un incremento en ventas ya que el líder empezó a sentirse mejor. No existe el azar en ese mundo. Lo más pronto entiendas eso lo más pronto estarás list@ para cambiar tu (¿el?) mundo.

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  1. […] Una cliente de México compartió su historia conmigo hace poco. Léela aquí: Cuerpo Sano, Mente Sana. […]

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